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Cuando el dinero da miedo: así se vive con crometofobia

18 de julio de 2025


En esta fobia, el miedo a gastar dinero sobrepasa la lógica. No hay un riesgo real y, de hecho, la persona suele tener estabilidad financiera y presupuestos organizados.

Es normal que te preocupe tener problemas financieros futuros y que quieras dar un buen manejo a tu dinero. Pero cuando la idea de gastar —incluso en cosas esenciales como salud y alimentos— te genera ansiedad y culpa constante, es posible que te estés enfrentando a la crometofobia.

No se trata solo de que seas tacaño, como tal vez lo percibe la sociedad. Es que el miedo a gastar dinero se vuelve tan intenso que afecta tus decisiones diarias, tu bienestar y hasta tus relaciones. ¿Te resulta familiar? A continuación te contamos cómo reconocerlo, cuál es su origen y qué puedes hacer para enfrentarlo.

Índice

    ¿Qué siente una persona con crometofobia?

    La característica principal de la crometofobia, al igual que en otras fobias, es un miedo desmedido sin fundamento. Es decir, no es que la persona esté lidiando con problemas financieros reales, sino que siente una fuerte ansiedad ante la idea de gastar o tener dinero en sus manos.

    Cada experiencia es distinta, pero en general es un temor que afecta las decisiones asociadas con el dinero. Quienes lo padecen suelen evitar compras —aunque sean esenciales—, rechazar invitaciones, perderse oportunidades y permanecer en una angustia constante de «malgastar» o perder el control financiero.

    Algo tan simple como abrir la billetera les genera pánico o nerviosismo, y hasta hablar de dinero les resulta incómodo. Es como si permanecieran en un estado constante de alerta con todo lo que tenga que ver con gastos, aunque sean pequeños.

    En su afán por calmar esa sensación agobiante, algunos empiezan a contar su dinero en repetidas ocasiones. Otros, en cambio, sienten tanto temor que evitan recibirlo o tener cualquier contacto con billetes y monedas.

    ¿A qué se debe esta fobia?

    En las fobias hay una combinación de factores emocionales, psicológicos y, a veces, genéticos. En el caso particular de la crometofobia, es frecuente una relación con experiencias traumáticas pasadas relacionadas con el dinero. Puede ser el fracaso de un negocio, carencias en la infancia, deudas abrumadoras o una situación de desempleo que duró mucho tiempo.

    También es común encontrarse con creencias financieras que no siempre corresponden a la realidad y que tienen su origen en la educación recibida en casa o en el entorno. Algunos crecieron con la idea de que gastar es irresponsable, peligroso y hasta moralmente incorrecto, lo que genera culpa y ansiedad en la adultez en todo lo que implique usar dinero.

    A veces, es la secuela de las relaciones familiares o sentimentales en las que el dinero era utilizado como una forma de control. Por ejemplo, en las que las víctimas debían pedir permiso para gastar o sufrían de abuso psicológico o físico por hacer compras, sobrepasar un presupuesto o hacer otros movimientos de dinero.

    Se cree que hay determinantes hereditarios involucrados, pues puede presentarte en varios miembros de una misma familia o si hay antecedentes familiares de otras fobias. Sin embargo, esto aún se sigue investigando.

    ¿Qué puede hacer una persona que tiene miedo irracional a gastar dinero?

    Si la idea de gastar dinero te abruma, o tienes otra conducta que te haga pensar que tienes crometofobia, lo primero que debes hacer es buscar ayuda profesional. En consulta, un psicólogo o psiquiatra te puede ayudar a identificar este problema a través de una entrevista y considerando los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) para las fobias.

    Tras confirmar que el temor desmedido está limitando tu vida, el especialista te puede sugerir varias opciones de tratamiento. Los más frecuentes son los siguientes:

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): tiene como objetivo sustituir las creencias limitantes sobre el dinero por ideas más realistas y funcionales.
      Técnicas de exposición gradual: en esta terapia te vas a enfrentar poco a poco a situaciones en las que tienes que gastar o gestionar dinero. La idea es que reduzcas la ansiedad con experiencias y tiempo.
    • Entrenamiento en manejo de ansiedad: involucra ejercicios de respiración, relajación muscular, mindfulness y otras técnicas de relajación para calmar el cuerpo y la mente ante el estrés que suele generarse al tener gastar dinero.

    Por supuesto, hay otras estrategias de afrontamiento que puedes intentar aplicar en tu rutina diaria. Por ejemplo, llevar un registro de gastos para distinguir entre lo que en verdad necesitas y lo que puedes prescindir, o fijar metas realistas de ahorro que no impliquen privarte de todo, ni lo básico, ni cosas que disfrutas.

    Otra recomendación es practicar compras más conscientes; es decir, tomar unos minutos, respirar y evaluar si tienes miedo a gastar o si en realidad lo necesitas. Escribir tus miedos, hacer lecturas sobre finanzas personales y hablar con alguien de confianza también puede ayudarte a recuperar tranquilidad.